Ella soñaba con conocer a
aquella persona con la que las mariposas se revolucionasen, que le sacase
sonrisas con solo decirle una palabra. Deseaba vivir un amor intenso y
apasionado aunque fuese corto. Le hubiese gustado vivir un amor de verano, de
esos que son cortos pero la felicidad que sientes es tan enorme que crees que
es imposible ser más feliz. Anhelaba que
las canciones de amor que no dejaba de escuchar cobrasen sentido. Quería tener
miedo a entregar tanto de sí misma que hasta doliese para luego darse cuenta de
que había valido la pena. Necesitaba que alguien le borrase todos los complejos
de su mente cuando le demuestre que no necesitaba ser perfecta para el mundo
entero, solo para él. No cesaba de buscar el amor, sin darse cuenta de que era
ella la que tenía que ser encontrada y cuando parecía que el momento había
llegado todo acabo. Podía haber sido yo aquello que ella anhelaba y deseaba con
tantas fuerzas pero la vida no me lo permitió y me la quitó de las manos sin ni
siquiera haber llegado a tenerla, sin haber tenido la oportunidad de
demostrarle que la felicidad y el amor sí existen y que solo hay que tener un
poco de paciencia.
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