Punto y final.

Decir adiós nunca fue fácil, y mucho menos cuando hablamos de sentimientos. ¿Cuantas veces nos hemos aferrado al pasado para no afrontar la realidad? ¿Cuántas veces hemos utilizado los recuerdos para seguir adelante? Cuesta tanto aceptar que algo ha terminado que la mayoría de las veces nos engañamos a nosotros mismo e intentamos retener el pasado, haciéndonos creer a nosotros mismos que somos felices, cuando en realidad no lo somos. No nos damos cuenta que vivir de recuerdos puede parecer el camino fácil al principio pero que nos quema poco a poco por dentro y que aunque duela tenemos que arrancar esa espina que tenemos clavada y seguir adelante.