Decepción tras decepción.


Admiro esa gente que olvida tan rápido. La admiro mucho, porque a mi los momentos, y más que nada las personas me marcan mucho y aunque me hagan daño, siempre vuelven a mí sus recuerdos y siempre los echo de menos. Aunque el daño haya sido grande, si les he querido, lo más probable es que aún les quiera porque me es tan fácil coger cariño a la gente, y tan difícil olvidarles. Me hago daño a mi misma, dándoles una y otra oportunidad, pensando que quizás esta vez no me decepcionen, pero siempre lo hacen. Podría decirse que soy de esas personas que se equivoca treinta y ocho mil veces, para hacer algo al derechas. Tengo que tropezar y caer muchas veces para lograr ver la piedra. Y así me va, dando una oportunidad tras otra a gente que no la merece, y llevándome una desilusión tras otra.

2 comentarios:

  1. Dios, ¿cómo nos podemos parecer taaaaaaaanto? Es que es impresionante hermana, en serio. Me encanta este texto, basicamente porque es la pura verdad, y te diré que... No sé, sabes que siempre estaré ahí y que no debes olvidarlo nunca. Nunca.

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  2. Me siento increíblemente identificada con esta entrada, María. En serio, sin palabras. <3

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