Estaría bien eso de tener
corazones de repuesto y poder poner uno nuevo cada vez que te rompen el anterior
pero por desgracia no existen tan avanzadas tecnologías. Lamentablemente el corazón tiene que aguantar
cada golpe, cada rasguño, cada hostia y seguir latiendo. Tarda en recuperarse
de cada golpe como si de un boxeador se tratase pero siempre acaba superando
cada desilusión. Lo malo son las marcas, las cicatrices que quedan que hace que
tengamos miedo de volver a querer, de volver a darlo todo y salir heridos pero
a la vez nos recuerda que en algún momento fuimos felices y por cada cicatriz
nos queda un buen recuerdo.
El corazón es como los recuerdos. Te define. Si remplazaras un corazón malherido por otro de nuevo, ¿serías la misma persona? Los corazones rotos se recomponen, y, en ocasiones, refuerzan su pericardio. Crecen, maduran y se hacen fuertes.
ResponderEliminarPerfecto final. ¡Un beso!