Pura nostalgia.




Todo estaba abarrotado. Las personas no dejaban de ir y venir con sus prisas y sus maletas de aquí para allí sin reparar en aquella chica que estaba sentada al lado de una de las columnas de aquel aeropuerto abrazando sus rodillas como si no hubiese mañana. No exageraba para nada si decía que por los menos allí había más de mil personas. Bueno, personas tal vez no todas, pero al menos humanos sí. Le gustaba venir a sitios llenos de gente cuando no podía más, cuando no sabía qué hacer o a quién acudir porque allí había tanto ruido que no podía oír sus pensamientos. Cualquier otra persona en el mundo se hubiese tirado en su cama con sus cascos y el volumen al máximo pero a ella ya no le funcionaba ese método porque sus problemas siempre sonaban más alto que la música. “Pasajeros con destino Sydney embarquen por la puerta doce” anunció de pronto por el megáfono, nada le vendría mejor que coger ese vuelo ahora mismo y huir de todos los problemas, huir a un sitio donde no conociese nada ni nadie la conociese a ella. Donde todo fuese nuevo como cuando ella llegó a España cuando tenía tres años, parecía que aquí tenía la vida de sus sueños pero nada más lejos de la realidad. Ojalá le hubiesen avisado de que la vida no era justa para nadie, que trataba por igual a todas las personas y que poco importaba si eras buena o mala persona porque seguro que la vida tendría alguna desgracia preparada para ti. Ella no era una heroína pero siempre aguantaba y tiraba hacía delante con todos los problemas hasta que, como en aquel momento, los problemas pesaban más que ella. No necesitaba mucho, no necesitaba riquezas ni fama ni vivir en un palacio, necesitaba una persona que le diese la mano y caminase con ella compartiendo el peso de los problemas.


Se imaginaba la vida de cada persona que pasaba, sus problemas, sus vivencias y el porqué tenía que coger ese avión, era una extraña diversión pero al menos de ese modo la angustia y los problemas quedaban apartados a un lado. Con tanta prisa parece que nadie se da cuenta de su presencia y le gusta eso porque de lo contrario alguien vería sus ojos rojos después de haber llorado durante horas y tal vez alguien se le acercase a preguntar qué le pasa por simple lástima y si algo odiaba ella en este mundo era la lástima y la de cosas que se pueden hacer cuando se siente. Ya llevaba mucho tiempo sentada allí aunque no sabía cuánto. Tal vez horas o tal vez solo minutos, no llevaba reloj y realmente le importaba poco que hora fuera pero decidió moverse porque sus piernas empezaban a dormirse. Se levantó y metió una mano en el bolsillo, tenía algo de dinero así que podía ir a tomar un café a aquella pequeña y humilde cafetería que había unos metros más allá. Cogió su bolso y se encaminó hacía allí, sentía un poco de frío a pesar de que iba abrigada pero la angustia y los sentimientos eran peor que todo el frío del mundo. Una camarera se le acercó y le digo cariñosamente “¿Qué vas a tomar pequeña?”. Ella contestó rápidamente que un café pero se quedó pensando que ese era el mote  por el que su padre le llamaba y ahora él no estaba. Sin poder evitarlo, las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. La camarera se acercó a una mesa en la que había una antigua radio y la encendió. Mientras la chica pudo observar atentamente a la camarera que llevaba un delantal rosa aunque estaba bastante desgastado y tenía unas cuantas manchas. La mujer también vestía unos pantalones negros y una camisa blanca; en su cara se podían apreciar bastantes arrugas a pesar de que no era muy vieja, al parecer los años pasan con más fuerza por unas personas que por otras, y su melena que le llegaba por los hombros era blanca a causa de las canas.

De la radio comenzó a sonar una canción que le gustaba pero a la vez que le traía malos recuerdos  “For the first time - The Script”. La canción avanzada y las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas sin detenerse. De pronto, una mano se posó en su hombro y alguien se sentó en la silla de al lado.

- Eh, ¿Estás bien?

1 comentario:

  1. Qué irónico eso de sentirse tan sola rodeada de gente.
    La próxima vez, coge el avión, yo me voy contigo. :)

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