Soledad en mi. Soledad conmigo.




Ya no se escucha el ‘te quiero’ cada mañana. Ya no suenan los ‘Yo también’ aunque en mi mente no dejen de repetirse. Ya no se oyen los gritos y discusiones en casa. Ya no puede percibirse tu risa. No hay bromas. No hay abrazos. No hay besos.  No hay dulces miradas. No hay juegos.  No hay nada. No hay absolutamente nada.  Solo queda el silencio, el duro y maldito silencio que acapara toda la casa. Estamos yo y la soledad.  Cara a Cara. Y no me gustan sus ojos  y no me gustan porque no son como los tuyos. La soledad no besa, no abraza, no ríe y no me dice ‘te quiero’. No hace nada,  excepto molestar y hacer que te extrañe aún más. Ojalá pudieras estar aquí otra vez. Ojalá pudiese demostrarte aún más lo mucho que me importas. Ojalá pudiese volver a atrás y remediar los errores, pero no puedo y realmente lo lamento porque sin ti ahora todo es negro. Ojalá no te hubieses ido tan de repente. Ojalá hubiese podido despedirme de ti. Ojalá estuvieras aquí.

2 comentarios:

  1. Siempre se puede volver a intentar, siempre se puede hablar, siempre se puede pedir perdón... No se puede vivir del "ójala", hay que vivir del "Quiero cambiar lo que va a suceder a partir de ahora en mi vida."

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. No sé si te refieres a un amor o la pérdida de un ser querido... porque podría aplicarse a ambos.

    ResponderEliminar